Las plantillas personalizadas o soportes plantares son herramientas con las que podemos obtener magníficos resultados en la práctica clínica. Su principal virtud es esa: son completamente personalizables y adaptables a cada caso. Es decir, la confección de la plantilla se hace a partir de un molde que hemos tomado previamente de tu pie, por lo que se adapta al 100% tanto al pie como al calzado, pero además podemos adaptarla a tus características físicas, a tu pisada, a tus parámetros biomecánicos, a tu anatomía… en definitiva, a todo. Esta adaptación se consigue, en parte, jugando con la amplia gama de materiales que poseemos, mezclando propulsión, estabilidad, control, tracción y amortiguación en función de las necesidades de cada paciente. 

Las plantillas personalizadas pueden ser recomendables para casi todo el mundo, teniendo diferentes efectos según el perfil del paciente. Por ejemplo, utilizadas en niños en el momento adecuado nos van a ayudar a corregir ciertos problemas de sus pies o miembros inferiores. En un deportista, nos ayudará por un lado a prevenir lesiones y a mejorar el rendimiento, y por otro a rehabilitar y a tratar una lesión determinada cuando ya se ha instaurado. En otro tipo de pacientes, permitirán mejorar el bienestar a través de la compensación o el aporte extra de confort.